Educación en el feminismo, educación con justicia social
Reflexión personal al hilo de la siguiente notica encontrada en la prensa:
https://elpais.com/opinion/2022-09-09/patio-de-colegio-y-roles-de-genero.html.
Generalmente, el espacio de los patios
de los recreos está dominado por estudiantes jugando a fútbol, un deporte cuya
práctica es mayoritariamente masculina. Es un hecho vigente en nuestros
colegios desde hace décadas, en el que hay un pequeño
grupo de niños que ocupa el 80% del patio mientras que el resto están
arrinconados en los márgenes, de modo que se ha ido perpetuando
un uso exclusivo del espacio de juego, normalizándose la discriminación hacia
las niñas, y hacia algunos niños, a los que no les gusta el fútbol (o no lo
hacen suficientemente bien) y generando conflictos y problemas de convivencia:
“¡Aparta de ahí, si no quieres sufrir
un balonazo!”
Muchos centros educativos
tienen como objetivo lograr que el patio sea un punto de encuentro donde todos
los alumnos puedan jugar, divertirse y aprender en igualdad.
Para conseguirlo las administraciones
publicas y los centros educativos, deben afrontar profundos cambios:
*Intentar convertir los
patios en espacios útiles conforme a criterios educativos
*Crear espacios divertidos
en los que niños y niñas ocupen un espacio
similar en los recreos para evitar establecer la desigualdad desde la infancia.
Para
ello, propongo los siguientes ejemplos de cómo transformar los patios en un
lugar más igualitario, tratando de compensar las desigualdades de género presentes
en muchos de nuestros patios:
*Zona
de juegos de mesa (ajedrez, puzles, cartas…)
*Zona
de juegos tradicionales (goma, comba, tejo, piedra papel o tijera, cromos)
*Zona
de lectura y cuentacuentos
*Zona
de arte: cantar, bailar, dibujar
*Zonas
verdes y huerta, arenero
*Zona
de columpios, toboganes
*Zona
de deporte: fútbol, baloncesto, rocódromo, pin-pon
Estas
zonas de juego no tienen por qué darse simultáneamente, puedes ser zonas
rotativas, según el día de la semana.
Pero
estas iniciativas deben trabajarse junto con los niños y niñas, de modo que
participen en el cambio de su propio espacio y se den cuenta de la
problemática, de modo que haya una educación en el feminismo, ya que es
necesario educar con justicia social.
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